En la primera parte de este repaso por ARCO habéis podido leer los que, dentro de mis posibilidades, fueron mis imprescindibles. En cambio, aquí nos centraremos en un medio concreto que, como ya expuse en otros artículos, como El Renacimiento del textil para A*DESK[1], es fundamental para explorar las principales corrientes de pensamiento artísticas del momento: el textil. Y es que el textil, en la producción artística contemporánea, ha permitido explorar diferentes vías de reflexión que abordan tres temas centrales del arte posmoderno, o contemporáneo: la identidad desde una mirada poscolonial, el ecologismo y el género.
193 Gallery
Empecemos este tour con la obra de April Bey, en la 193 Gallery parisina. En sus tres tejidos, vemos un retrato de tres mujeres. El encuadre que utiliza nos podría recordar a los retratos de busto de la tradición moderna pictórica, y es curioso como en la composición se junta lo barroco con lo pop: de la Gioconda a las Marilyn de Warhol. En este caso, April Bey reconstruye esta idea para hacer los retratos de sus negras contemporáneas, algo que en la tradición pictórica de la historia del arte —el retrato de personas negras en clave positiva— no vemos muy a menudo, y que Bey utiliza como forma de empoderamiento. Lo hace además a través del textil, que, junto a la importancia que le da al componente vegetal en la decoración, nos da clara alusión de ese nexo naturaleza y material.
Herlitzka and Co
Los textiles de Hebert Rodríguez, Candelaria Traverso, Andrés Bedoya y las Artistas tejedoras del norte argentino pueblan la galería argentina Herlitzka and Co. Rodríguez lo hace a través de una figura de un icono mitológico, con un tratamiento muy a lo Basquiat, donde el componente floral está muy presente. Aquí, identidad, raíces, mito y naturaleza se unen en la misma pieza.
Traverso, en cambio, utiliza la arpillera sintética para componer su pieza. En ella podemos ver un patchwork en el que el componente geométrico predomina la composición. Si nos fijamos en detalle, vemos referencias al origen de la producción del material: Corea. Esto me lleva a reflexionar sobre el comercio en el mundo globalizado. La arpillera sintética se usa mucho en los mercadillos como lona de protección o para producir bolsas de transporte. El mercadillo, que en principio se centra en un ámbito local muy determinado, vemos que utiliza un material que nos lleva al mundo globalizado en el cual vivimos hoy. La reutilización del material para su producción artística, así como las referencias a la globalización, hacen clara alusión tanto al mercado globalizado como su impacto en la ecología.
Por último, las obras de las Artistas tejedoras del norte argentino, ya por el origen de su producción, nos hablan de una clara alusión a la identidad, así como a la tradición. Vemos de nuevo como el componente floral decorativo está muy presente. Se nota cierta “falta de técnica” en sus acabados, que en la unión de los paneles se cosen desnivelados huyendo de la perfección industrial mecánica. Se nota esa mano humana, y eso lo acerca aún más al concepto de identidad a través de la propia producción. Otra de las formas que vemos son las geométricas, que se han utilizado en varias culturas del mundo para la decoración de objetos desde tiempos inmemorables, y que sirvieron a las primeras vanguardias como inspiración para alejarse de la figuración y plantear una abstracción desde el punto de vista geométrico.
Zielinsky
En la barcelonesa Zielinsky una obra cautivó mi atención: una serie de paneles textiles que forman un gran conjunto que podríamos denominar escultórico. Pero más interesante que la forma es su contenido. En cada panel, vemos escrito una especie de pócima o ungüento: (un ejemplo) “Para el dolor de corazón se come el corazón y una parte de un gorrión tostado, con el resto se hacen sahumerios. Se bebe el conocimiento de hojas y madera de ahuehuete.” Vemos como de nuevo el ritual, el mito y las raíces vuelven a aparecer a través del textil.
Portas Vilaseca
La composición del espacio en la brasileña Portas Vilaseca claramente alude a la etnicidad e identidad: las fotografías inspiradas en un imaginario colectivo ritual afrodescendiente se combinan con unos textiles que pueblan tanto el muro como el suelo del espacio. Me llama la atención que, pese a hacer referencia a algo tradicional, la forma en la que se exhibe nos podría recordar a una tienda de moda: las piezas del suelo se disponen en rocas como si de artículos de lujo se tratara; las fotografías, a esas imágenes de modelos que se plantan en mitad de la naturaleza como espacio inspirador; y los objetos del muro, sobre todo aquellos dos lazos que rodean a los lienzos, a la disposición que normalmente se utiliza para brazaletes o relojes de lujo. De nuevo, y en sintonía con la obra de April Bey, la tradicionalidad y la identidad se trasladan a la contemporaneidad a través de su disposición y forma, reformulando el mito.
W-Galería
Los lienzos del fondo del estand argentino, a pesar de no ser textiles, sí que utilizan un tratamiento que nos acerca a la composición textil o mural. En ellos vemos una clara alusión al trabajo, a los materiales orgánicos y el gran protagonismo de la mujer en este contexto, creando también unas imágenes que nos llevan a la ritualidad y a las pinturas de las primeras civilizaciones. Todo ello se complementa con un estanque de tierra circular poblado por diferentes piezas de plata. Aquí, el ecologismo es el tema principal, pero también se alude a la propia identidad y a la situación causada en países en los cuales se ha explotado la gran riqueza natural, a través de la extracción de materiales fósiles.
Leme
Las obras Purificador 5,6,7, y 8 del artista peruano José Carlos Martinat, de la galería brasileña Leme, presentan varios paneles cuadriculares que van degradando su intensidad de color. No me interesa tanto la forma en este caso, sino los materiales que utiliza. Tras una investigación junto con chamanes de Lima, Martinat inició un proceso de exploración de materiales utilizados por la medicina ritual, los cuales desembocan en la producción de esta obra. Cada panel de Martinat, a medida que muestra su degradación, se acerca más a esa purificación.
Kadel Willborn
La galería alemana presenta un gran textil de Shannon Bool. En él, nos encontramos la personificación del lujo, ilustrada por ese vestido dispuesto en un maniquí que se funde con los rascacielos habituales utilizados por grandes hoteles. La galería, no sé si con intención, crea un juego muy interesante cuando vemos que al lado se dispone una obra en la pared donde se lee: “A BAD PLACE”. Esta reflexión del lujo a través de un material como el textil, y su ocupación del espacio junto a la otra obra, me hace pensar en un claro sentido irónico de la pieza, aunque también podríamos considerar que, las piezas textiles, a lo largo de la historia, han sido en sí mismas un objeto de lujo, por lo que Bool podría traernos de nuevo la materialización del lujo contemporáneo.
Henrique Faria
La obra del artista argentino Leandro Katz, en la neoyorquina Henrique Faria, nos recupera un códice de las américas recién invadidas por los colonizadores, en una transportación a través de materiales actuales utilizados en las artes plásticas. Libro quemado hace referencia a todos esos códices religiosos que fueron quemados por los colonos en el momento de su invasión. 500 años después (1992), a través de esta recuperación interpretativa, Katz recupera una memoria que jamás debe ser olvidada.
Nome Gallery
La galería alemana es sin duda la muestra de que el arte textil ha vuelto con fuerza. Toda la obra presentada se enfoca en los proyectos de tres artistas: Cian Dayrit, Priscilla Dobler y Voluspa Jarpa. Dayrit, a través de sus textiles y objetos, crea sus Natural Histories of Struggle (Historias naturales del sufrimiento), dispuestos como si de una exposición de historia natural o etnográfica se tratara. Si nos acercamos bien, vemos que el imaginario que crea hace referencia a nuestra sociedad contemporánea, poniendo hincapié a las guerras creadas por los intereses económicos en países no occidentales. En el universo de Dayrit, que se inspira en nuestra sociedad actual, la guerra y la violencia se convierten en los principales dioses.
Dobler, a partir del mismo concepto, crea un mundo híbrido donde el humano y el animal se fusionan en un caos, de nuevo, dominado por la violencia y la guerra. El humano, aquí, se constituye como el peor depredador del mundo animal, pero también del mundo humano. Esto se refleja claramente en el textil a la izquierda de la escultura, donde se puede leer “Syrian land for sale”, y en el cual un conjunto de armas y cadáveres pueblan la escena.
Un “pequeño” epílogo:
Como hemos ido viendo, el textil es material para explorar la identidad, la tradición, el mito y la situación ecológica, pero también sirve como medio para reflejar grandes historias narrativas, así como lo era en aquellos tiempos que gozaba de la mayor jerarquía. Ahora, esas narrativas que antaño plasmaban los grandes hitos de las civilizaciones, se tornan en la mayoría de ocasiones en historias de desastre, conflicto, caos y guerra. No es sorprendente que, en la mayoría de los casos, este tipo de obras provengan de artistas y galerías de países no occidentales, aquellos que han sufrido una colonización histórica que sigue en nuestra sociedad, siendo sede principal de la explotación de los recursos y los despojos que se esconden detrás tanto de la economía como de la política actual. Pero el textil también puede servir, como ya hemos dicho, para la recuperación de esas raíces identitarias, e incluso para la resignificación y el empoderamiento, en un mundo globalizado en el que cada vez es más difícil determinar quiénes somos, de dónde venimos, y a dónde vamos.
[1] Véase Zamora, G., «El renacimiento del textil», A*DESK, 02/02/2023. Disponible en: https://a-desk.org/spotlight/el-renacimiento-del-textil/ .
Comments