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  • Foto del escritorAlba López-Davalillo Díaz

Nos vamos de FARRA (Festa da Arte em Rede na Região do Alentejo)! Parte 2


Si te has quedado con ganas de saber más, en esta segunda publicación sobre el festival FARRA vamos a comentar las tres últimas exposiciones que más me han llamado la atención, ya sea por las obras elegidas, por el espacio expositivo o, en el mejor de los casos, por ambas. Entre esta selección, empezaremos por una de las muestras de carácter más experimental y acabaremos con una de las colecciones más importantes de arte portugués, mostrando la variedad que presenta el festival.


Exposición "Alimentaçao Fantasma", formada por alumnos del máster en Arte Sonoro: Procesos Experimentales de FBAUL (Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa) y el espacio experimental de creación artística Rua das Gaivotas 6, con obras de: Inês Condeço, Inês Mendes Leal, Guilherme Curado, Sofia Vitória y Madalena Matoso en la escuela primaria da Alcáçova.

Seguramente este espacio sea el más alejado al white cube, lo cual ofrece una infinidad de posibilidades innovadoras a la vez que también supone un reto. En este caso, al ser obras experimentales, éstas dialogan muy bien con el espacio, como si el público al entrar en la exhibición estuviera predispuesto a aprender a base de prueba y error, como hacíamos en la escuela cuando éramos pequeños. Gran parte de las piezas fueron ya presentadas en septiembre del año pasado en el espacio artístico de la "Calle das gaivotas 6" y son el resultado de los trabajos finales de los estudiantes de máster. Las diferentes propuestas buscan la intersección entre las artes performativas y plásticas, y la intervención del espectador resulta fundamental para activar el funcionamiento de las piezas e inundar el espacio a través del sonido. En ese sentido, entre ellas, destaco la obra Exercicio com doze motores III (2023-2024) de Madalena Matoso, una instalación de doce objetos conformados por un instrumento musical de percusión y un motor que pueden ser activados mediante los doce botones que se encuentran próximos a la obra, accionando así cada uno una respuesta sonora distinta.


Exercicio com doze motores III (2023-2024) - Madalena Matoso. Exposición “Alimentaçao fantasma” en la escuela primaria de Alcaçova en el marco de FARRA.

 

Dentro del fuerte de Nossa Senhora da Graça me gustaría resaltar dos de las tres exposiciones situadas en el espacio: la creada con la colección Norlinda e José Lima titulada "Manuscrito encontrado numa garrafa" y co-comisariada por Helena Mendes Pereira, Marina Fonseca, Ricardo Lima y Vasco Quintas; y la organizada por el MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología) y la Fundación EDP, que tiene por nombre "Pezas de un puzle" y está comisariada por João Pinharanda, director del MAAT.


Exposición "Manuscrito encontrado numa garrafa", de la colección Norlinda y José Lima, co-comisariada por Helena Mendes Pereira, Marina Fonseca, Ricardo Lima y Vasco Quintas, formada por obras de: Alberto García-Alix, Alexandre Baptista, Antón Lamazares, Antoni Clave, Carmen Calvo, Eduardo Chillida, Enrique Marty, Eva Lootz, Gonçalo Mabunda, Isabel Muñoz, Jaume Plensa, João Louro, João María Gusmão, Pedro Paiva, José de Guimarães, José Manuel Broto, José Manuel Ciria, Julião Sarmento, KCHO (Alexis Leyva Machado), Lucio Muñoz, Manuel Rivera, Michelangelo Pisttoleto, Nuno Cera, Rui Chafes, Rui Toscano, Santiago Ydáñez, Valter Vinagre, Víctor Mira y Yonamine.


Se trata de una de las colecciones más extensas y reconocidas tanto en Portugal como a nivel internacional, por lo que no es casualidad que sea una de las exhibiciones que más lejos se encuentra del centro: grandes nombres de artistas mueven más fácilmente al público. El título de la exposición, "Manuscrito encontrado numa garrafa", hace alusión a uno de los cuentos de Edgar Allan Poe, Manuscrito encontrado en una botella (1833), en el que el personaje principal se aventura en un viaje en barco y, tras una tormenta, toda la tripulación excepto él y otro compañero mueren ahogados. Pasando los días difícilmente, debido a las pocas previsiones que quedaban, reciben la visita de un extraño buque en el que el protagonista consigue colarse y pasar el resto del viaje, no sin notar en él ciertas presencias paranormales y fantasmagóricas. Esa atmósfera fantástica del mundo de Poe es la que dialoga directamente con el espacio histórico, el Forte de Nossa Senhora da Graça, donde se disponen las más de treinta piezas de la exposición. Se trata de un espacio amplio, laberíntico y de poca luz que consigue transmitir al espectador ese miedo, soledad y frontera del personaje principal de Poe. Investigando por los diferentes caminos y puertas, el visitante se va encontrando con todo un abanico de obras, desde instalaciones sonoras, lumínicas y visuales hasta otros medios más convencionales como la escultura o la pintura.


Una de las primeras obras con la que uno se encuentra es la de João Louro, Land’s end n°1 (2002), una pieza que imita un poste con señales de tráfico. Aun así, en vez de destinos, encontramos en los letreros nombres más que conocidos en la historia del pensamiento, tales como Georges Bataille, Walter Benjamin, Ludwig Wittgenstein, Samuel Beckett y el Marques de Sade, con los que Louro revisa la lingüística, filosofía y literatura occidental. Asimismo, cada uno de ellos tiene unos kilómetros señalizados: ¿Será la mayor distancia el pensador más difícil de comprender? ¿O tendrá que ver con la cercanía o lejanía de pensamiento entre ellos? En cualquier caso, el artista plantea al espectador la duda sobre el problema de la navegación de las ideas y esas posibles direcciones a tomar.


Land’s end n°1 (2002) – João Louro. Exposición "Manuscrito encontrado numa garrafa" en el fuerte de Nossa Senhora da Graça en el marco de FARRA.


Entrando ya de lleno en el espacio laberíntico, en una de las salas, se puede divisar una silueta borrosa sentada una silla. Mi madre y mi hermana tuvieron la suerte, o el infortunio, de confundir ese personaje por uno de los vigilantes de sala, y su reacción al darse cuenta de que, en efecto, no era ningún vigilante, sino el Tío Balta (2003) de Enrique Marty, no tuvo precio. Las figuras grotescas —a la par que realistas— de Marty suelen surtir ese efecto, o esa reacción más bien, de desconcierto, una sensación de lo familiarmente siniestro o de lo siniestramente familiar, tal y como desarrolla Freud en 1919, donde lo conocido se presenta como extraño y lo extraño como conocido.


Tío Balta (2003) - Enrique Marty. Exposición "Manuscrito encontrado numa garrafa" en el fuerte de Nossa Senhora da Graça en el marco de FARRA.


El hecho de que en ninguna exposición del festival haya cartelas, sino que el nombre y autoría de las obras se encuentren identificadas en la hoja de sala y señalizadas en un mapa, es una de las cosas más interesantes de la exhibición. Sobre todo si nos fijamos en las tantas obras presentadas y la diversidad de exposición. Esto propone un reto al espectador, ya que le da la opción de intentar identificar qué es y de quién es antes de asegurarse de ello, como si de un quiz se tratara. En obras como Marilyn, de José de Guimarães, uno de los artistas portugueses más conocidos a nivel nacional e internacional, este juego resulta un reto: si uno no tiene el nombre de la obra al lado, no es tan fácil identificar la figura de Marilyn Monroe, ya que, aunque sea exactamente la misma silueta que tanto repitió Warhol en su obra, esta está representada de manera más abstracta, como si estuviera su esencia, pero no su presencia, conectando con ese carácter espectral que une todas las piezas de la muestra. Aunque una cosa sí que está clara: no será el primero ni el último en inspirarse en la estrella de Hollywood, tal y como evidenció en su momento la exhibición "Marilyn. Una vida de leyenda", celebrada en 2004 en Las Reales Ataranzas en Valencia, una muestra creada, en gran parte, a través de las tantas obras inspiradas en la actriz, entre las que se encuentra la del propio artista portugués.


Marilyn (fecha desconocida) - José de Guimarães. Exposición "Manuscrito encontrado numa garrafa" en el fuerte de Nossa Senhora da Graça en el marco de FARRA.


La última pieza que voy a comentar de la exhibición es la obra Arena que escribe (1995), de la artista austriaca, pero afincada en España, Eva Lootz. A medio camino entre el arte minimalista y el arte povera, Lootz nos presenta una fotografía de gran tamaño que propone reflexionar sobre la estructura del extractivismo minero que conforma la sociedad capitalista a la par que sobre el papel de la mujer, creando una analogía entre el desprecio a las minas como único valor capital y el lugar de olvido que las mujeres han tenido a lo largo de la historia. A pesar de llevar activa desde los años 60, actualmente la artista está teniendo su boom en nuestro país, coincidiendo con tres exposiciones monográficas simultáneas: una en el Kubo Kutxa, en San Sebastián, y dos en la capital madrileña, en la Sala Alcalá 31 y en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.


Arena que escribe (1995) – Eva Lootz. Exposición "Manuscrito encontrado numa garrafa" en el fuerte de Nossa Senhora da Graça en el marco de FARRA.


Exposición "Peças do un puzle", de la colección Maat y la Fundación EDP, comisariada por João Pinharanda y formada por obras de: Manuel Baptista, Luis Cunha, Carla Filipe, Miguel Palma y Joana Vasconcelos.


En la siguiente exhibición, lejos de buscar un hilo comisarial claro, he querido elegir las obras y el lugar donde se van a situar de una manera en la que, como alude el título de la muestra, se adecuen y encajen en el espacio, como las piezas de un puzle. Asimismo, llama la atención que esta colección esté creada, en mayor parte, por obras tempranas de artistas que han conseguido hacerse con un puesto más que privilegiado en el panorama artístico internacional. Por lo que, volviendo al nombre de la exposición, estas obras representarían las primeras piezas de lo que acabará siendo un gran puzle, ese gran recorrido artístico de los diferentes autores.


En uno de los espacios más emblemáticos del fuerte, el piso superior de la casa del gobernador, nos encontramos con la obra Casulo (1960-70/2011) de Manuel Baptista, un artista portugués con una carrera artística de lo más variopinta. Sus obras más conocidas se desarrollan en el ámbito pictórico, en una atmósfera entre la figuración y no figuración. Sin embargo, sobre todo en los últimos años de su vida, se ha querido enaltecer una época, hasta entonces desconocida, de diferentes obras de escultura e instalación, proporcionando una nueva dimensión a su obra. Sería el ejemplo de la pieza a comentar, una especie de estructura de forma oval suspendida en lo alto del edificio. Da la sensación de simular un huevo de oro, que en un espacio como es el fuerte, al haber sido lugar de gran conflicto bélico, podría tener muchas connotaciones. A su vez, también me evoca a una piñata, situada en un lugar de altura privilegiada, que el espectador tendría que aporrear hasta descubrir la sorpresa que hay dentro. En cualquiera de los casos, la forma circular de la obra encaja perfectamente con la centralidad del espacio elegido, dando la sensación de haber estado situada ahí todos estos años.


Casulo (1960/70-2011) – Manuel Baptista. Exposición “Peças do puzle” en el fuerte de Nossa Senhora da Graça en el marco de FARRA.


Incentivada por una voluntad de cerrar el ciclo, no veo una mejor manera de acabar la publicación que con una obra de Joana Vasconcelos, la misma artista que me hizo volver al Museo de Arte Contemporáneo de Elvas y que, en esta ocasión, me ha permitido enterarme de la celebración del festival a la vez que, con esta pieza, darme la oportunidad de conocer su faceta artística más temprana. Mi primer encuentro con una de sus obras expuestas, Flores do meu desejo (1996-2010), fue situada en un piso por encima del cual se encontraba la obra, no pudiendo identificar exactamente que estaba viendo. De hecho, ni siquiera sabía que era de ella, pero este primer acercamiento, aunque lejano, ya provocó en mí un gran interés por conocer más. Cuando por fin llegué a donde estaba la pieza – la verdad que aunque en el propio folleto hubiera un mapa para indicar su ubicación, en este caso, me fue bastante difícil llegar – me encontré con una obra de gran tamaño que invitaba al espectador a descubrirla poco a poco según te ibas acercando. La estructura metálica que la conforma da la sensación de ser una puerta a un jardín lleno de rosas de un tacto de lo más agradable. Pero si realmente uno se fija en la pieza se da cuenta de que está creada a partir de una aglomeración de plumeros, 240 para ser exactos. Ese factor sorpresa es algo común en la obra de Vasconcelos, me pasó también con su obra La novia (2001-2005), una acumulación de tampones disfrazados de una lámpara de araña. Además, normalmente todos los materiales de su obra tienen un por qué y suelen estar relacionados con el papel de la mujer en la sociedad. En este caso, ese utópico jardín lleno de rosas no es otra cosa que un conjunto de plumeros, un material asociado a la limpieza doméstica, algo que, como ya se comentó en la anterior publicación, ha estado muchos años vinculado únicamente al género femenino. Por lo tanto, a pesar de ser una de sus primeras obras, es interesante identificar las raíces de su lenguaje particular que tanto acabará repitiendo en sus piezas más conocidas, como hemos podido ver con La novia.


Flores do meu desejo (1996-2010) – Joana Vasconcelos. Exposición “Peças do puzle” en el fuerte de Nossa Senhora da Graça en el marco de FARRA.


En definitiva, fui a Elvas con la intención de ver una única exposición en el MACE y tuve la suerte de encontrarme con la primera edición de FARRA, un festival que me ha sorprendido por el carácter ecléctico de sus obras, así como por el diálogo tan curioso, a la par que interesante, que estas obras contemporáneas crean con los espacios históricos de la ciudad, proporcionando una manera enriquecedora de visitar por primera vez los edificios emblemáticos de Elvas, o por el contrario, si ya nos son conocidos, como era mi caso, tener la oportunidad de resignificarlos y darles una nueva lectura. Confío en que en el siguiente año traigan colecciones y piezas más potentes y que, al igual que con la intención de esta publicación, vaya poco a poco atrayendo a más público, porque se trata de un festival que no hace falta ser un amante del arte para ser capaz de disfrutarlo.

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